Buenos Aires -

"Quiero a Ferro donde se merece. Nos verán volver"
Seguimos conociendo a los deportistas Verdolagas y hoy es el turno de Florencia Jaime, que nos da una lección de vida en estos tiempos difíciles que nos tocan vivir. Se formó en Huracán y luego pasó por Náutico Hacoaj, para llegar a su "casa" Ferro, como ella mismo lo dice, en el 2014. Con la Verde vivió momentos buenos y malos, pero su amor por Ferro es más grande. La líbero Verdolaga, que ascendió en el 2016 a División de Honor, también nos enseña con su testimonio.

- ¿Cómo estás viviendo esta cuarentena?
- Viviendolá, jajaja La verdad es que creo que esto que pasó es algo para lo que ninguno de nosotros estaba preparado y nos deja expuestos en cuanto a nuestras herramientas y el vínculo que tenemos con nosotros mismos. Yo me propuse tratar de sacarle provecho y capitalizarla, ver dónde estaba parada, qué tanto quería estar ahí y qué estaba haciendo por mí y por las cosas que realmente quería. Hubo días mejores y días peores (tampoco vamos a mentir, jajaja) en este electrocardiograma de estados de ánimo que es la cuarentena.
Siento que aprendí un montón, creo que de todo lo que nos pasa siempre hay algo para aprender ya sea bueno o malo. Jamás dejamos de aprender si es que estamos con la apertura y disposición para eso. La vida creo que se trata, entre otras, de eso, de no dejar de aprender. Obviamente que todo este transitar la cuarentena para mí lo fue así porque soy una afortunada de tener a mis seres queridos con salud, un techo dónde dormir y comida todos los días. Hay mucha gente que la pasó y la está pasando muy muy mal. Me pasó en particular dimensionar qué tanto uno puede hacer por los demás y eso puede significar en el otro, a veces no nos damos cuenta y algo que quizás para nosotros es mínimo para otro puede ser muchísimo. Al estar más en casa pude hacer cosas como colectas o donaciones para quienes realmente lo necesitaban, transité y le conseguí una familia a una perrita que su dueño tuvo que dar en adopción a raíz de quedarse sin trabajo por la pandemia. Esto creo que fue de lo que más destaco a nivel personal, cómo cuánto más das, más te llenas. A todo esto sumale trabajar (que en cuarentena es algo que no conoce de horarios) y que seguimos entrenando antes sin poder ir al club y ahora ya concurriendo, trabajando en lo físico y por sobre todo en el gigante equipo que hoy somos. Así que aburrida no fue para nada la cuarentena, jajaja

- ¿Descubriste algún talento tuyo, durante este aislamiento, que tenías oculto?
- Descubrir no, si potenciar. Capitalizarlo en verdad. Me gusta mucho cocinar, vivo cocinando y entre ganas (muchas) dudas, miedos, trabas, idas y vueltas decidí arrancar con mi emprendimiento de tortas y postres en frasco. Y es así como después de dos meses de mucho trabajo nació Cuchareá!

- ¿Por qué elegiste ser jugadora de vóley?
- No lo elegí, jajaja, fue algo que fue pasando y cuando me quise dar cuenta ya estaba entrenando desde las 5 de la tarde hasta las 11 de la noche en "la cucha" como le llamábamos a la cancha del bajo tribuna de Huracán con cuanta categoría pudiera. De hecho lo odiaba, no quería saber nada. En el colegio me acuerdo que nos daban a elegir entre handball o voley y yo sin dudar elegía handball, de hecho lo jugaba en una escuelita del barrio. Mi profesora de Educación Física tenía su hija que jugaba en Huracán y me insistía a cada clase en que vaya aunque sea "a probar". Claro, tenía 13 años y medía dos cm menos que ahora, creía que iba a ser altísima (cosa que nunca ocurrió, quedó en las ganas nomás, jajaja). Fui a una clase, creo que en gran parte para que me dejara de insistir en que vaya. Volví a la siguiente, a la siguiente y así fue como terminé estando de lunes a viernes encerrada en el club entrenando, y los sábados después de los partidos (jugábamos a la mañana en esa categoría) nos quedábamos jugando duplas hasta las 6 de la tarde.

- Contanos tu trayectoria y ¿cómo y cuándo llegaste a Ferro?
- Nací en Huracán, crecí en Náutico y Ferro es mi casa. Empecé a querer al voley en Huracán (también trabajé más adelante en el club, con la categoría "mini" y en la colonia por muchos años), jugaba desde sub 14 hasta estar en el banco de mayores. Y si no estaba en el banco estaba viendo todos los partidos hasta que se iba el último. De hecho me acuerdo que mi primer partido en sub-21 fue siendo sub-14, se jugaba un abierto (torneo que dura 3 días) y yo lo iba a ver porque varias de mis compañeras de sub-16 jugaban ahí. Paradójicamente fue en Ferro, en el Cajón. Llegaba la hora del partido y como era sábado a la mañana varias estaban retrasadas de la clase de la facultad y no llegaban a juntar 6 para jugar. Mi entrenador me mira y me dice "te animás a jugar de opuesta?" y yo bien caradura le dije "obvio, decime dónde me tengo que parar y juego" (era un sistema por roles que no se jugaba en mi categoría y en ese momento no tenía mucha idea). Así fue como con completamente todo prestado, calzas, camiseta, medias, top, zapatillas, rodilleras jugué por primera vez en una categoría más grande y después de eso ya entrenaba con ellas. A partir de ese año tuve la suerte de poder vivir ascensos e incluso una Li.na.me. estando en Huracán. Cuando era sub-18 jugamos vs. Náutico Hacoaj y lo dirigía quien hoy es nuestro entrenador, Fabián De Valais. Ese día me confundí y tuve un buen partido, jajaja y todo derivó en que a fin de año cuando terminó el torneo ya empecé a entrenar en Náutico. Con Náutico viví experiencias increíbles, ya sintiendo el voley desde otro lado. Fue mi primer experiencia en División de Honor a los 19 años, ascensos, descensos, campeonatos, una Macabeada panamericana, una final de abierto. Era sentir el voley "profesional" más de cerca ya, entrenábamos de lunes a viernes (algún que otro martes libre), sábado turno de entramiento a la mañana más de una vez, a la tarde partido de División de Honor y domingo la tira. Era vivir adentro del club, sea en la sede o en Tigre y no querer irnos. Jugar con amigas y disfrutarlo desde todos los ángulos.
En 2013, fue que pude vivir de cerca la experiencia del voley en el exterior, en Israel y todo lo que eso conlleva: otro idioma, cultura, infraestructura, sistemas, materiales, es otra realidad. Soy una agradecida de la vida de que eso haya pasado, gracias al voley viví cosas y conocí lugares que jamás en mi vida creí que iba a conocer. Tuve la suerte de compartirlo por varios años con quienes hoy son familia para mí, de esa que no te toca pero la elegís, lo cual hizo que todo sea el doble de mejor. En 2014 fue que llegué a Ferro, me acuerdo que éramos un plantel de muy pocas jugadoras mayores y la mayoría de inferiores del club. Mis años en Ferro tuvieron (y tienen) de todo, pasamos las malas, las malas malas y las buenas. Finales de torneos, viajes, descenso, ascenso. Ir a la cancha, el asado en los quinchos, Ponte, el Cajón, el Etchart, el Multi, ir a ver cuanto partido del deporte que sea, hasta los días libres pasarlos enteros en el club. Ferro es eso, Ferro es mi casa.

- ¿Cómo te definís como jugadora?
- Qué pregunta! Perseverante, trabajadora y muy autoexigente (no está tan bueno más de una vez esto último, jajaja) Creo que uno juega como es en la vida, si algo no me sale o quiero algo insisto y sigo hasta poder lograrlo/conseguirlo. Soy de pedir esas "10 pelotas más" cuando termina el entrenamiento si tengo que trabajar algo en particular o ir por mi cuenta a entrenar algo específico. No me gustan las cosas a medias o así nomás, me exijo a mi misma dar mi 100% en lo que sea que haya que hacer. A veces sale y otras no, pero me pido eso siempre, en cualquier cosa que haga.

- ¿En qué puesto de los que jugás te sentís más cómoda y por qué?
- En los últimos años jugué de punta o de libero, son posiciones que tienen cosas en común. En ambas tengo aspectos en los que me siento más cómoda y otros en los que menos. Hoy específicamente soy libero receptora y creo que es donde me siento más cómoda ya que la recepción es uno de mis mejores fundamentos en el voley.

- ¿Qué técnicos te marcaron y por qué?
- Qué difícil! Creo que es injusto decir que haya alguno que no me marcó, todos los que pasan por nosotros nos marcan en algún punto. De todo en esta vida creo que siempre se puede sacar algo bueno. Que se me venga ahora a la cabeza puedo mencionarte de mi primer entrenador Ofi (Rodolfo Russo), siendo súper chica, cuánto él creía más en mi que yo misma; de Rubén (Martínez) su pasión para el voley, entender que si te vuelven loca estándote encima es porque le importa que puedas hacer algo y se preocupa por vos y sabe que lo podés hacer (después de varios llantos post entrenamiento te cuento esto eh! jajaja) y que en verdad como jugador te tenés que preocupar el día en que no tengan nada para decirte; de Marita (Paredes) su manera de ver el voley, no conocí a ninguna otra persona que lo vea y te lo haga ver de esa manera; de Nico (Nicolás Efrón) su visión analítica y casi matemática te diría del ver el voley, "es cuestión de probabilidades"; de Fabi (Fabián De Valais) su compromiso con lo que estamos haciendo, y hablo de compromiso no sólo desde "el cumplimiento" sino la manera en que se involucra y te lo transmite, es imposible no querer subirse a ese tren; y por último Marian (Marianela Garbari) (nuestra PF) es terrible la pasión que tiene por lo que hace, así te lo transmite y así lo sentís.
Seguramente mi memoria me está haciendo ser injusta y quedan muchas otras cosas afuera.

- ¿Con qué jugadora disfrutaste más compartir un equipo y por qué?
- Me pasa un poco lo mismo que con la pregunta anterior, seguramente quede algo fuera que en un rato diga "me olvidé de..." Te puedo decir si que tuve la suerte de siempre jugar con amigas, el voley me dio a mis amigas y a mis dos hermanas de la vida. En Huracán jugué con mis amigas del barrio, era pasarse a buscar por las casas e ir todas juntas a entrenar. En Náutico también tuve esa suerte, estábamos las 24 hs. todas juntas, pero si tengo que elegir fuera de eso te digo con Vir (Virginia Bigliardi) complicidad y conocerse al punto de mirarse y saber qué piensa la otra. Nos conocimos jugando en Huracán, jugamos en Náutico, vivimos en Israel y luego en Ferro juntas, es una de mis hermanas por elección. Anécdotas puedo contarte hasta mañana, jajaja. Kari (Karina Rueda), mejor amiga, hermana, perdí la cuenta de la cantidad de cosas que vivimos ya, no hay momento que haya vivido y no haya estado presente. Paradójicamente jugamos más en contra que juntas por la diferencia de categoría, pero jugar en contra es tanto disfrutable como lo que jugamos juntas. De hecho pasó en un partido (ella en Náutico, yo en Ferro) que coincidimos en todos los sets en rotación, ambas nos teníamos enfrente todo el tiempo entonces claramente nos la pasábamos diciendo cosas por la red, hasta contábamos las veces que cada una bloqueaba a la otra. Tanto así, que en un momento nos llamó la jueza para decirnos que la cortemos porque nos iba a echar a las dos, nos miramos, nos abrazamos riéndonos y no entendía nada.
No puedo no mencionar a Gaby Kostolnik, una de las grandes del voley con quien tuve el placer de jugar siendo yo muy chica. Era mirarla, escuchar y aprender. Yo jugaba de punta y ella de libero en ese momento, la tenía en 5 al lado todo el tiempo, creo que nunca me pasó de tener a alguien al lado que me dijera tantas cosas por lo bajo durante un punto, jajaja. En Ferro Meli (Melisa Ramón), Lu (Lucía Unzner) (y algunas de las que ya no están también) imposible resumir acá todo lo que vivimos juntas. Desde un descenso, ascenso o vacaciones a todo lo que viví en el club, siempre con ellas, amigas. Eva Irungaray o Pepi (María Sol Rodríguez), fue un año pésimo ese, pero que bien lo pasamos. Male (Malena Retamar), si las habremos pasado coquito! Sofi (Sofía Viale) y Tama (Tamara Tucci), que no pude jugar mucho con ellas pero hoy son mis amigas y eso creo, resume todo.

- ¿Te ves ligada al voley cuando dejes de jugarlo? ¿Cómo sería?
- Es algo que lo pensé y pienso bastante eso. Jugando desde los 12 años el voley es una parte más que importante en mi vida, no se si me veo 100% desligada a él cuando no juegue más. Si tengo que elegir una manera en la que me gustaría seguir ligada sería siendo entrenadora.

- ¿Qué recordás del ascenso del 2016 a División de Honor?
- Qué no recuerdo! La verdad es que fue un año increíble, con todo lo que un ascenso puede llevar. Todo ese sube y baja de situaciones y emociones, con lesión en el medio del torneo, haciendo todo por volver ayer. Si algo me quedó marcado de ese año fue la forma en que lo vivimos, era con el club empezando a crecer como hoy lo conocemos, el Cajón explotaba de gente todos los jueves. Casa se sentía más casa aún, la difusión que hubo, el apoyo que tuvimos. Pero sin dudas lo más importante fue el trabajo que hubo y el grupo que teníamos, no éramos el mejor equipo de la categoría en cuanto a nivel pero gracias a ese grupo, a la pertenencia que logramos transmitirle a todas las que venían de otros clubes, fue que logramos ascender. Soy fiel creyente que si hay un buen grupo detrás podés conseguir lo que propongas.

- ¿Cuál es el gesto técnico más difícil en el voley y por qué?
- No sé si es que hay un gesto técnico en particular que sea más difícil, todos incluyen algún aspecto "difícil". Creo que es algo que está relacionado directamente a la naturaleza del jugador, de acuerdo con las características de cada jugador un mismo gesto técnico que para uno puede ser simple para otro puede ser el más difícil de ejecutar.

- ¿Cómo ordenarías de acuerdo a su importancia la técnica, lo físico y lo mental y por qué?
- Considero a las 3 en igual nivel de importancia. De acuerdo al momento en que se encuentre el jugador es que va a necesitar recurrir más a uno que a otro. Hoy en día creo que está quedando más que expuesta la importancia de lo mental, podés saber ejecutar a la perfección un gesto técnico y estar al 200% físicamente pero si de donde salen las órdenes no está todo bien difícilmente pueda salir bien. Son las tres codependientes, y cuanto más cerca del 100% tengamos cada una, más cerca de nuestro 100% vamos a poder estar.
"Lo mental" creo que es una gran falencia en el deporte hoy en día, se lo desmerece y no se le da la importancia que corresponde. Un jugador es un ejecutador pensante, se pone el foco en las ejecuciones o en cómo optimizarlas de manera mecánica y no desde "la máquina que nos hace decidir". Por suerte es un paradigma que siento que de a poco se está empezando a romper entendiendo la importancia de un psicólogo como parte de un staff técnico.

- Si no hubieras jugado al voley ¿Qué deporte te hubiera gustado practicar y por qué?
- Si no hubiese jugado al voley seguramente hubiese seguido jugando al handball como lo hacía antes de empezar.

- ¿Qué otras cosas te gustan hacer fuera de tu deporte?
- Me gusta mucho leer, cocinar, juntarme con amigos. Mi casa siempre es el punto de encuentro, una picada o un asado nunca van a faltar, jajaja.

- Un sueño...
- Que preguntita para terminar eh! En cuanto a lo personal, creo que sería poder sentirme plena siempre en las decisiones o momentos que esté viviendo. En cuanto a lo deportivo, Ferro jugando una Liga Nacional y ser parte. Quiero a Ferro donde se merece. Nos verán volver.

Nota: Martín Descalzi (@mardes062).
Fotos: Somos Voley (Nro. 2 y 4); FMV (Nro. 3 y 5).

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