Buenos Aires -
"Soy un nadador paciente y constante"
Hoy charlamos con el nadador Gonzalo Violante. Empezó a nadar a los cinco años, concurriendo a la escuela del club, del cual es socio vitalicio. Hizo varios cursos de perfeccionamiento, llegando a trabajar como profesor en la escuela de natación. En el 2002 se incorporó al equipo máster. Nada los cuatro estilos, pero se siente más cómodo en distancias más largas.
- ¿Cómo estás pasando esta cuarentena?
- Antes que nada agradezco el interés por entrevistar deportistas de Ferro de distintas disciplinas. Esta etapa la llevo de manera similar a la mayoría, tratando de adaptar la vida familiar y laboral. En cuanto a lo deportivo, para los que entrenamos en pileta todo el año, realmente sentimos y sufrimos el cambio y la ausencia de agua. Se intenta tener una rutina aeróbica lo más regular posible y ejercicios de fortalecimiento general.
- ¿Descubriste algún talento tuyo, durante este aislamiento, que tenías oculto?
- Descubrí la paciencia, ya que no me imaginaba pasar meses con salidas mínimas cuando habitualmente tengo un nivel de actividad alto en cada día.
- ¿Cuáles son los mayores perjuicios que este parate le ocasiona a un nadador?
- En cuanto a los perjuicios indudablemente creo que el cambio de medio es lo más fuerte. Recordemos que nosotros somos nadadores aficionados y nuestra principal rutina es en el agua, son muy pocos los que además, hacen actividad regular en el gimnasio o la pista, por lo tanto, no estamos habituados, o a muchos, directamente no les gusta tener que salir a trotar o hacer gimnasia de piso, funcional o lo que fuera, esto hace que además de la pérdida de costumbre, puedan aparecer lesiones articulares o contracturas producto de las nuevas rutinas y la carencia absoluta de recuperación en el agua. El equipo está conformado por un arco etario variado y obviamente esa adaptación del medio acuático al suelo a veces puede llevar más tiempo. En cambio, el nadador profesional o de alto rendimiento lleva adelante una rutina paralela en gimnasio.
- ¿Cómo estás entrenando actualmente y como lo hacías antes de la cuarentena?
- En mi caso particular, trato de cubrir dos o tres horas por semana de bicicleta fija, abdominales, movilidad articular y elongación, además, seguimos con el entrenador Marcos Sendón una serie de sesiones semanales por Zoom que apuntan a mejorar la fuerza, resistencia y capacidad aeróbica. Hace pocas semanas regresamos de manera presencial en el club una vez por semana, lo que hizo que mejorara, además de lo físico, el aspecto psicológico de sentir que estamos cerca de volver al agua. Aunque para que abra la pileta falta un poco.
- ¿Por qué elegiste ser nadador?
- Desde chico era importante para la familia que aprendiese a nadar; y mi hermana y yo fuimos a la escuela de natación de Ferro. Yo practiqué varios deportes (handball, judo, tenis y hasta llegué a hacer esgrima en otro club) y en todos duraba poco, pero en cambio, natación siempre seguí sin interrupción, sea en escuela o en entrenamiento, solo o en grupo nunca dejé de practicarlo todo el año.
- Contanos tu trayectoria y ¿cómo y cuándo llegaste a Ferro?
- A Ferro llegué antes de nacer porque mis padres eran socios y hoy soy vitalicio. Como decía, comencé a nadar a los 5 años, seguí en la escuelita de Ferro, luego pasé a otro club de la zona, seguí nadando libre y en 1994 hice el curso de buzo deportivo en la Cruz Roja que alquilaba la pileta de la Sede Social por lo que siempre estaba en casa. Quise perfeccionarme y a pesar de que cursaba todos los días en la facultad de arquitectura, en 1995 hice el curso de instructor de natación en el Instituto del Deporte que hacía poco tiempo funcionaba en el Club. Luego de recibirme, tuve la oportunidad de trabajar como profe en la escuela de natación de Ferro. Seguí practicando la natación de manera libre mientras terminaba la facultad hasta que me invitaron a entrenar con el equipo de máster al que me incorporé en el año 2002 y desde ese momento hasta el presente, sigo en el grupo. Participé en torneos metropolitanos y varios torneos de aguas abiertas que siempre despertaron mi interés desde el comienzo de mi entrenamiento por la posibilidad de nadar en un sitio natural y en mayores distancias y tiempos que en la pileta.
- ¿Qué estilo nadás y en qué distancia lo hacés?
- Nado los cuatro estilos y me siento más cómodo nadando fondo, es decir distancias más largas. Pero en los torneos metropolitanos que son cinco fechas hay oportunidad de poder nadar varias pruebas de estilos y distancias por lo que hay pruebas que todos hacemos y aunque no seamos buenos en esas, sirven como test, por ejemplo 100 m libre o 100 m combinados. Pero como decía más arriba, son las distancias de 8 / 9 km. en el río, o distintas carreras de aguas abiertas, las pruebas donde me siento más cómodo.
- ¿En qué torneos competís habitualmente y cuáles fueron tus principales actuaciones?
- Una de las participaciones más tradicionales es el torneo metropolitano aunque ya hace tiempo no estoy compitiendo en pileta y me quedé participando dentro del sector de aguas abiertas principalmente en las que se realizan en el Río Paraná o el Salado o el Paraná de las Palmas (Ramallo, Escobar, San Pedro, Gral. Belgrano, Zárate, etc). También es habitual la participación en carreras de postas americanas. En torneos metropolitanos fui subcampeón en 100 m espalda y en aguas abiertas, segundo puesto en San Pedro, segundo puesto en Río Salado, segundo puesto por equipos en Chascomús. Pero uno de los principales logros es participar de una actividad deportiva saludable y que se adecua a los distintos momentos y evolución de las personas.
- ¿Cómo te definirías como nadador?
- Paciente y constante. Indudablemente que lo mío no es la explosión ni el efecto inmediato sino el largo plazo.
- ¿Quién es tu entrenador y qué consejos te da?
- Actualmente el entrenador es Marcos Sendon que es triatlonista, por lo que conoce aspectos generales de entrenamiento tanto para el agua como para estos momentos que estamos alejados de la pileta. Logró generar gran empatía con un grupo tan diverso. A mí más que consejos me tiene paciencia, JAJAJA, él adapta el entrenamiento a los que nadamos con más frecuencia o distancias o en los momentos que vamos menos a la pileta, de acuerdo a nuestra participación, realidad laboral, edad y estado físico.
- ¿Qué virtudes debe tener un buen nadador?
- Primero la "cabeza", lo psicológico juega un rol fundamental porque estás mucho tiempo con la cara adentro del agua escuchando sólo burbujas y otra cuestión importante es la cualidad aeróbica de base que tiene que ser buena, porque el entrenamiento completo dura 2 horas.
- ¿A qué nadador admiras y por qué?
- Lo primero que me viene, es pensar en los mega exitosos como Michael Phelps, que ganó de todo en participaciones olímpicas o nuestro José Meolans, que en un contexto diferente posicionó la natación competitiva argentina en un gran lugar. En cuanto a las mujeres me gusta seguir la participación de las nadadoras chinas. Pero también admiro mucho, en el medio local, a muchos nadadores/as anónimos, de esos que uno se encuentra en una posta americana o en un torneo, no son de alto rendimiento, son "gente común" que estudia y labura 6 días por semana y se tira a la pileta con grandes actuaciones. Lo mismo que personas muy mayores que siguen yendo a competir después de los 80 años de edad y los encontramos en los torneos del circuito.
- Si no hubieras sido nadador, ¿qué deporte te hubiera gustado practicar y por qué?
- Me gusta la actividad deportiva en general, pero como nunca fui hábil con la pelota, si no fuera natación, tal vez estaría haciendo alguna actividad relacionada con el atletismo.
- ¿Qué otras cosas te gustan hacer fuera de la natación?
- De todo, campamentos y vida al aire libre en general, de ahí viene mi afición a las competencias de aguas abiertas.
- Un sueño...
- Una sociedad más justa.
Nota: Martín Descalzi (@mardes062).
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