Buenos Aires -

"Matías siempre confió un montón en mí y me hizo recuperar esa confianza que había perdido"
Hoy charlamos con Rocío Calvo Pini que se desempeña como pívot o ala-pivot del equipo de basquet. Proviene de una familia muy basquetbolista, el apoyo incondicional de sus padres, los vaivenes emocionales en su carrera y la aparición, en su horizonte, de Ferro y de su entrenador, Matías Maza, quien le hizo recuperar la confianza perdida. Hoy juega en la primera Verdolaga y nos comparte su historia y su pasión.

- ¿Cómo estás pasando esta cuarentena?
- Por suerte la estoy pasando con mi familia, y si bien a veces la convivencia se vuelve un poco áspera, en líneas generales nos llevamos muy bien y buscamos siempre la forma de no aburrirnos. De todas formas, a pesar del aislamiento, sigo manteniendo mi rutina lo más que puedo. Sigo estudiando (lo cual consume la mayor parte de mi tiempo) (NdR: cursa tercer año de la carrera de Contador Público en la UCA), hago videollamadas con mis amigos, entreno con el equipo y hago actividad física para no perder el ritmo. Además tengo la suerte de tener un aro de básquet en el patio de mi casa, así que cuando tengo un rato libre me pongo a tirar un poco con mi papá.

- ¿Qué es lo que más extrañás?
- Extraño muchísimo ir al club a entrenar. El básquet es lo que más disfruto y me desconecta completamente de todos mis problemas. Además le tengo muchísimo cariño a las chicas del equipo y al entrenador, que me sacan el mal humor ni bien llego al club.

- Durante estos días, ¿descubriste algún talento tuyo que tenías oculto?
- No sé si es precisamente un talento, pero aprendí a tomarme las cosas de forma más positiva y con tranquilidad. Normalmente entre básquet y la facultad tengo una vida bastante activa. Pensé que no iba a poder aguantar la cuarentena pero por suerte la estoy sobrellevando muy bien.

- ¿Qué sería lo primero que hagas, cuando se levante totalmente la cuarentena?
- Lo primero sería juntarme con mis amigos e ir a entrenar. También me gustaría poder festejar mi cumpleaños que fue hace unos días y lógicamente no pude salir de mi casa (NdR: cumplió años el 12 de Mayo).

- Contanos tu trayectoria y ¿cómo y cuándo llegaste a Ferro?
- Empecé a jugar al básquet a los 8 años, en América del Sud. Ni bien empecé me federaron para jugar en premini, porque el equipo tenía muy pocas jugadoras y necesitaban sumar chicas para poder competir. Un año después el entrenador que teníamos se fue, y la mayoría de mis compañeras empezaron a pasarse a otros clubes. Así que con un par de amigas que jugaban en América y con mi hermana nos cambiamos a José Hernández. Jugué en Hernández desde los 9 a los 17 años. Pasé la mayor parte de mi vida jugando ahí y le tengo mucho cariño al club, a los entrenadores que tuve y a todas las amistades que hice y que sigo manteniendo hasta el día de hoy. Pero de todas formas llegó un punto en el que me dejé de sentir cómoda, no me sentía útil para el equipo y dejé de mejorar. Quizás suene muy dramático pero volvía de la mayoría de los partidos llorando de bronca y me ponía todavía peor el hecho de que el deporte que más me apasionaba me frustrara tanto. Incluso llegué a pensar que capaz el básquet no era para mí y que tenía que empezar a hacer otra cosa. Hasta que en 2018, con casi 18 años, me di cuenta que la situación no iba para más y decidí ir a probarme a Ferro porque mi papá estaba jugando ahí. Al principio pensé que no me iba a poder integrar muy bien con el equipo, porque la única categoría que había en ese momento era la Primera y la mayoría de las chicas era algunos años más grande que yo, pero la verdad que me sorprendí de lo rápido que les tomé cariño a todas. Además el entrenador (NdR: Matías Maza) siempre confió un montón en mí y me hizo recuperar esa confianza que había perdido. Me sentí valorada y útil para el equipo, y eso me motivó a seguir jugando.

- ¿Por qué elegiste jugar al basquet?
- Empecé a entrenar porque mi papá jugó toda la vida al básquet (y sigue jugando) y me insistió muchísimo para que intentara. Vengo de una familia muy basquetbolista. Mi abuelo era entrenador de básquet y mi abuela llegó a jugar en la Selección Nacional (y se conocieron justamente porque él era el entrenador de ella). Al principio no tenía ganas de hacer básquet. Practiqué hockey, gimnasia deportiva y natación en el colegio, pero me cansé muy rápido. Así que después de tanta insistencia por parte de mi papá decidí darle una oportunidad al básquet, aunque tenía cero expectativas de que me fuera a gustar. Así que agradezco que me haya presionado tanto porque al final me terminó sorprendiendo y ahora es lo que más disfruto hacer. Además él me enseñó muchas cosas y me alentó desde siempre, junto a mi mamá que también es incondicional.

- ¿En qué puesto te desempeñás? ¿siempre jugaste en ese puesto?
- Soy pivot o ala-pivot, y siempre jugué en la misma posición, desde muy chica. Últimamente estoy tratando de poder jugar un poco más de afuera, pero me cuesta porque no estoy acostumbrada.

- ¿Qué es lo que más te gusta hacer dentro de la cancha?
- Creo que lo que más me gusta es atacar, pero también es lo que más me frustra cuando me confundo. Sinceramente disfruto todo, excepto tirar tiros libres porque me pone muy nerviosa.

- ¿Cómo te definís como jugadora?
- No sé si soy una gran jugadora, pero siempre me esfuerzo mucho por mejorar. Soy muy perfeccionista, constante y buena compañera (o eso me dicen). A pesar de que me suelo poner mal cuando las cosas no salen como quiero, trato de ser perseverante y ponerle buena onda a todo lo que hago.

- Cuando termina un partido y volvés a tu casa, ¿sos de cambiar el chip o te quedás enganchada con alguna jugada?
- Me quedo enganchadísima. Siempre. Es algo que me caracteriza. Cuando tengo un mal partido o simplemente no me salen las cosas como quiero me frustro bastante y me quedo pensando en eso por un montón de tiempo. Por suerte ahora trato de aceptar un poco más mis errores, en comparación a como era antes, pero me queda un montón por cambiar.

- ¿Tenes alguna jugadora o jugador referente en tu puesto? ¿qué te gusta de ella o de él?
- No soy demasiado fanática de ningún jugador en específico, pero me gusta mucho Scola porque es un excelente jugador, es muy dedicado, le pone mucha garra a lo que hace y además es muy interesante escucharlo hablar.

- ¿Te gusta mirar basquet? ¿por qué equipo pagarías una entrada para ir a verlo jugar?
- Sí, me gusta, pero igualmente no miro demasiado. Veo más que nada los partidos de Ferro de la Liga y los de la Selección. Hubo un momento en el que era muy fanática de los Spurs y no me perdía ningún partido. Si tuviera que pagar para ver jugar a algún equipo elegiría ir ver a la Selección, es lo que más disfruto y me transmite mucha pasión.

- Si no hubieras jugado al básquet, ¿hubieras practicado otro deporte?
- Sinceramente no me imagino jugando a otro deporte. Me gustaría saber jugar al fútbol, pero soy malísima; así que si tuviera que elegir otro sería vóley, porque lo practicaba en el colegio y me gustaba bastante.

- ¿Tenés algún hobby?
- Me gusta mucho leer, aunque con el estudio a veces no me queda tiempo para hacerlo. También me gusta el maquillaje y la fotografía.

- Un sueño...
- A nivel deportivo, me encantaría salir campeona con este equipo y poder seguir mejorando como jugadora. A nivel personal, me gustaría recibirme y poder encontrar algo que me guste lo suficiente como para poder dedicarme a eso.

Nota: Martín Descalzi (@mardes062).
Foto: Captura Deportiva (Nro. 2).

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